Después de la cirugía de la obesidad mórbida, la piel del paciente pierde muchas características, aumentando el grado de laxitud corporal debido a la pérdida repentina de peso. En este artículo te informaremos sobre las posibilidades de la cirugía plástica para combatir las consecuencias de la obesidad con óptimos resultados.  

La obesidad es una enfermedad que va en aumento en las sociedades occidentales y cada vez es más frecuente en la población de todos los grupos de edad. La obesidad está asociada a una serie de enfermedades y trastornos muy graves para nuestra salud. Por eso, cada vez hay más herramientas para combatir la enfermedad y más gente dispuesta a trabajar duro para superarla. Hoy en día, existen diferentes técnicas quirúrgicas para tratar la obesidad. Este tipo de cirugías pueden conducir a una pérdida de peso significativa en un corto período de tiempo, por lo que se puede producir laxitud y exceso de piel. 

En estas ocasiones es muy recomendable la cirugía plástica post-obesidad debido a que muchas personas que han conseguido vencer a la enfermedad aún no quedan del todo satisfechas con su aspecto por aquellas secuelas físicas que permanecen como la flacidez. Un problema que aparentemente es físico se puede convertir en un problema psíquico ocasionado por la baja autoestima.

Tipos de cirugía post-obesidad 

Las zonas que más tienden a tener flacidez y exceso de piel son los muslos, abdomen, brazos, además de la cara y cuello. Para acabar con esto existen varias intervenciones quirúrgicas cuyo fin es eliminar el exceso de piel y tensar la piel de la zona afectada. 

Algunas de las operaciones más recurrentes son:

Cruroplastia: lifting de muslos.

Braquioplastia: lifting de brazos.

Abdominoplastia: lifting en el abdomen.

Lifting facial/ minilifting: lifting en la zona del rostro y cuello. 

Tipo de intervención

Cada persona tiene un cuerpo diferente y necesidades específicas por tanto el tipo de intervención post-obesidad dependerá en cada caso. Además también influye las zonas a tratar y la complejidad de la intervención, según estas cuestiones la operación requerirá ingreso hospitalario o incluso en algunos casos será suficiente una intervención ambulatoria con anestesia local.

Aunque en los casos más comunes como son las operaciones de cruroplastia, braquioplastia y abdominoplastia la intervención se realiza bajo anestesia general, suele tener una duración de 2-3 horas y se requiere ingreso de una noche en el centro hospitalario.

En el resto de los casos será el cirujano el que aconsejará al paciente en función de su caso concreto.

El postoperatorio y la recuperación

Como con cualquier operación después de la intervención la zona se encontrará inflamada e incluso se pueden ocasionar algunos moratones. Lo más aconsejable es tener unos días de reposo y llevar un vendaje o prenda compresiva según le indique el cirujano que le haya realizado la operación post-obesidad.

Tras una semana aproximadamente ya se podrán retirar los puntos y pasados unos 15 días, dependiendo de la actividad laboral que se realice, podrá reincorporarse al trabajo.

Los resultados

Los resultados de las operaciones post-obesidad se perciben desde el momento de la intervención. De las cicatrices no hay que preocuparse porque suelen estar escondidas o disimuladas, en el caso de la cruroplastia, se localiza en la cara interna de las ingles y, en algunos casos, precisa de extensión a los muslos. Lo mismo ocurre con la braquioplastia, en la cara interna de los brazos. Transcurridos 6 meses las cicatrices resultan prácticamente imperceptibles.  

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