El balón intragástrico es uno de los métodos no invasivos que más se están empleando en los tratamientos contra la obesidad. Gracias a ser un método no intrusivo permite una fácil recuperación y es de los más valorados entre los clientes de las clínicas.
Proceso de implantación del balón intragástrico
El balón intragástrico es un balón de silicona suave y expansible que se introduce en el estómago por medio de una endoscopia. Este método de aplicación sencillo permite realizar el proceso sin necesidad de cirugía ni sedación.
El proceso para introducir el balón intragástrico empieza en un exámen inicial del estómago con la endoscopia y, si no se observa anormalidad, se procede a la colocación del balón. Una vez está colocado se llena con una solución salina estéril para impedir que el balón intragástrico pase al intestino y se quede flotando dentro del estómago. Este proceso dura entre 20 y 30 minutos.
Una vez el balón intragástrico se encuentra en el estómago, si no se presentan malestares y tras realizar un control del estado y la posición del balón, el paciente puede volver a casa tras unas horas. Todo el proceso completo no entraña ningún riesgo preocupante para la salud.
Adaptación y seguimiento del balón intragástrico
Al igual que otros métodos y tratamientos necesita un proceso de adaptabilidad para que el paciente se sienta completamente cómodo. Los primeros días se puede sentir cierto malestar como náuseas hasta que el cuerpo se adapta completamente al balón intragástrico.
Tras la implantación del balón intragástrico se debe seguir también una dieta específica para permitir que el cuerpo se adapte lo mejor y más rápidamente posible al balón. Esta dieta será indicada por el propio médico tras el proceso de implantación. Esta dieta comienza con alimentos líquidos que pasarán a semisólidos y, finalmente, a sólidos. La rapidez de estas transiciones dependerá del progreso de cada persona.
Es fundamental tras colocarse un balón intragástrico que haya un seguimiento por parte del médico para controlar la pérdida de peso. El progreso que se va teniendo debe ser controlado por los profesionales para indicar cualquier cambio en la dieta y dar indicaciones sobre el procedimiento para su retirada.
El proceso de extracción es similar al de implantación, pero de forma inversa. Primero se desinfla el balón y es extraído de igual forma gracias a una endoscopia. Es importante que, tras la extracción la persona siga estando bajo supervisión de los médicos.
Banda gástrica o balón intragástrico
La primera gran diferencia entre el balón intragástrico y la banda gástrica es que el primero no requiere cirugía gracias a una endoscopia. Además, no es un proceso que exija hospitalización ni de un proceso largo de recuperación. Sí es cierto que ambos métodos son reversibles, aunque la banda gástrica precisa de una pequeña intervención quirúrgica.
Ambos producen una sensación de saciedad precoz a la hora de ingerir alimentos, por lo que el funcionamiento es el mismo. En el caso de estar pensando en si elegir el balón intragástrico o la banda gástrica lo mejor es consultarlo con el médico y que sea él quien aconseje el mejor método dependiendo de las características y necesidades de la persona.
Además del balón intragástrico y la banda gástrica, también existe la endo-manga que es uno de los métodos más novedosos y que se basa en la reducción del estómago por vía oral.
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